Go to Top

El cinturón de seguridad. La energía.

 

Es muy importante que todos tengamos claro el concepto de energía, ya que es un concepto físico básico a la hora de entender muchos de los fenómenos que nos rodean en la sociedad moderna.

Enseñaremos a los niños y jóvenes el principio físico de que la energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.

Cada vez que transformamos la energía, perdemos gran cantidad. La energía perdida se disipa calentando el aire y jamás regresa. Por esta razón, es fundamental que los técnicos y científicos investiguen para mejorar el rendimiento energético de todas las máquinas y objetos que nos rodean.

Cuando un coche acelera, el motor de explosión convierte la energía contenida en el combustible en energía mecánica. El rendimiento es muy bajo, solamente una parte de la energía se aprovecha. El resto se pierde convertida en calor. La energía que calienta el motor se disipa principalmente por el radiador. También se pierde energía en los gases de escape, y calentando los engranajes de la caja de cambio y los rodamientos de la transmisión.

Tras llegar la energía mecánica a las ruedas, la adherencia de los neumáticos sobre el pavimento acelera la masa del vehículo. La energía mecánica se convierte en energía cinética.

Mira las fotografías de arriba. Los malos conductores aceleran bruscamente y los neumáticos patinan, se destruye la goma y el coche acelera menos: un desastre.

 

Anuncio de la Jefatura Central de Tráfico

Anuncio de la Jefatura Central de Tráfico

 

En cuanto el coche llega a la velocidad deseada, el motor tiene que seguir empujando para compensar la energía que se pierde.

Los neumáticos ejercen una resistencia a la rodadura y se calientan. Además, se siguen calentando los rodamientos y los engranajes de la transmisión y el resto de los órganos mecánicos del motor.

También se consume mucha energía para vencer la resistencia del aire.

Por esta razón, los buenos conductores dejan de acelerar y de consumir combustible cuando ven a los lejos un semáforo en rojo o un posible obstáculo, y así el coche poco a poco va perdiendo la energía cinética debido a estos rozamientos y reduciendo su velocidad.

Si el semáforo se pone en verde, aceleran y siguen su marcha. Si el semáforo sigue en rojo, pisan el pedal del freno y toda la energía cinética restante se convierte en calor.

Al acelerar el coche, nosotros también aceleramos, porque el respaldo del asiento nos empuja. En cambio, durante el frenado, nosotros nos detenemos por el rozamiento de nuestro glúteo en el asiento, o porque nos apoyamos con fuerza sobre nuestras piernas y brazos.